Lo habían escuchado cientos de veces. En la radio, en la televisión, en una conversación cualquiera. Lo veían en los anuncios del metro, en los carteles de la sala de espera del centro de salud, en la parada del autobús. Lo vieron también cuando atravesaron los pasillos para llegar a la sala de vistas del juzgado: «Hay salida», «denuncia», «llama al 016», «pide ayuda». Isabel, Ruth, Gloria y Lourdes hicieron caso a las campañas contra la violencia de género y denunciaron, pero se encontraron con un sistema que les hizo sentir doblemente maltratadas.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario