Espero que mi padre no se ofenda leyendo esto, porque él es un ejemplo perfecto de lo que me ha dado por llamar el síndrome del ‘abuelo caramelo’.
Mi padre es un hombre noble, un hombre bueno que ama a sus nietos por encima de todo y que les bajaría la Luna si estuviese a su alcance. Y eso ayuda a que no sólo no pueda evitar darles dulces en abundancia si se los piden, sino que se los ofrece aunque ellos no los hayan pedido solo por verles felices.
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[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Andrey Mindryukov | Flickr