A comienzos del siglo XX, la máxima aspiración de los padres era que sus hijos crecieran sanos: a mediados del mismo siglo, la historia se desvió hacia la formación; se querían vástagos listos y con estudios. En nuestra época, la cuestión se centra principalmente en que los chavales sean felices. Un 85% de los padres españoles se confiesa «preocupado por el futuro de la felicidad de sus hijos», según el segundo estudio de Imaginarium Felicidad e Infancia. Pero ¿cómo trabajamos esa felicidad? ¿Cómo hacemos niños satisfechos? Y lo que es clave: ¿cómo se les enseña a expresar ese estado de bienestar y alegría?
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Nicole | Flickr