avier vive en Barcelona y trabaja en un centro cultural. Tiene un hijo de tres años que se llama Jero. Desde hace un tiempo ha optado por llevarlo a cuestas a todos los sitios que va. “En una ocasión el director de un centro de arte que venía de visita nos dijo a mí y a otros que veníamos con los niños encima que éramos unos padres progres”. Lo que describe Javier es un prejuicio extendido en muchos trabajos: se asume que los hombres están libres de responsabilidades de crianza.
Javier tiene claro que no está bien visto: “Casi nunca he sido cuestionado abiertamente pero me encuentro con la necesidad de tener que justificar que soy igual de buen profesional aunque vaya acompañado de mi hijo”.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Tookapic | Pexels