E.V se acostumbró al acoso. Era frecuente que nueve compañeros de clase la rodearan en los pasillos del elitista colegio en el que estudian y se la pasaran unos a otros mientras la zarandeaban y se reían de ella. En el aula le tiraban el borrador y la llamaban fea. Su calvario no es nuevo ni tampoco es reciente aunque lo haya denunciado hace sólo un mes.
El martirio que sufrió acabó por cronificarse puesto que ha durado al menos dos años. La adolescente, que acaba de cumplir 17, denunció en septiembre y hace quince días la Policía detuvo a los acosadores por convertir su vida en un infierno. Ella lo había mantenido en silencio por miedo.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Pimkie | Flickr