Cuando el cáncer golpea a una familia es como si cayera una bomba en la organización del hogar. Si además el enfermo es un menor, el impacto es aún mayor, porque la sociedad no está preparada para asumir que los jóvenes sufran. Pero al margen de la enfermedad y del dolor, hay otros niños que son los grandes olvidados: los hermanos. Tanto si son pequeños, como si son adolescentes, los demás hijos sufren y llegan a culpabilizarse de la enfermedad.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC