¿Quién no tiene una opinión hecha respecto a los hechos que han ocurrido en Barcelona esta semana? Solo falta escuchar las noticias en cadenas distintas, o entrar en las redes para constatar hasta qué punto las posturas están polarizadas y para percibir el creciente clima de odio. No faltan insultos y violencia por parte de unos y otros. Pero lo que falta, y mucho, es la reflexión y la contención. Quizás no somos conscientes, porque la velocidad de los acontecimientos no nos ha dejado tiempo para reflexionar sobre ello, pero el odio que se está sembrando en las mentes de esos pequeños espectadores que son nuestros hijos, nuestros alumnos, no tiene marcha atrás, y eso no es menos serio que todo lo que está siendo cubierto ahora por la prensa.
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