La dependencia financiera de los padres es un canal de ingresos difícil de cortar por parte de sus descendientes. El 50% de las personas con hijos mayores de 18 años les proporciona apoyo financiero de forma regular, e incluso la mitad de ellos mantiene la ayuda aunque superen los 30 años. Que las necesidades de los hijos son prioritarias sobre las propias queda reflejado en que siete de cada diez personas destinarían fondos a la educación superior de sus hijos en detrimento de sus propios fondos de pensiones.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Expansión