En 2015, Sina tenía ocho años y cursaba tercero de primaria. Un año y un curso más tenía Carmenchu. Ambas son alumnas de un colegio privado de Canarias en el que los niños y las niñas visten uniforme. Ellos pantalón. Ellas falda. Tras participar en un programa de radio sobre la igualdad de niñas y niños algo hizo clic en ellas. “Allí me di cuenta de lo injusto que era que no pudiera llevar pantalones como los chicos para jugar al fútbol y baloncesto sin enseñar mi ropa interior”, afirma Sina. Algo similar pasó por la cabeza de Carmenchu, a la que la falda siempre le pareció “incómoda” porque le limitaba a la hora de “hacer las mismas actividades que los chicos”.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País