No es ninguna novedad que cada vez hay más docentes procurando incorporar a las aulas nuevos métodos y herramientas que contribuyan a mejorar la experiencia de aprendizaje, y los aprendizajes mismos, de sus alumnos. Términos como gamificación o neuroeducación (también neuroaprendizaje) se escuchan ya con frecuencia en los ámbitos educativos. El primero consiste, de forma muy resumida, en aplicar las dinámicas del juego para potenciar la motivación de los alumnos; el segundo, basado en la neurociencia, en conocer cómo funciona nuestro cerebro, cómo evoluciona y aprendemos, para aplicarlo en las aulas.
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