Niños que se creen intocables tras la separación de sus padres. Y progenitores que, tratando de resolver una cuestión de indisciplina, recurren a la agresividad como fórmula pedagógica. El equilibrio de fuerzas a la hora de educar está siendo un quebradero de cabeza también para los jueces. La última de las sentencias objeto de gran polémica es la dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Almería, que ha condenado a siete meses de prisión a un padre que para «corregir» que su hija de 15 años llegase «un poco tarde» a casa y desencandenase una agria discusión con su progenitor, la abofeteó y «cogió del pelo». La denuncia fue interpuesta por la madre de la adolescente, separada del condenado, F. R.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC