Las mujeres de mi calaña, o sea, tirando a macarras, celebramos que ahora una mala madre sea un chiste y no una vergüenza. Este rollito deslenguado (aunque sea de pacotilla) nos libera como el DIU, como la axila peluda de Madonna, como las rodilleras termoadhesivas (un hallazgo que priorizo frente a la mismísima penicilina).
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Seth Doyle | Unsplash