El paso del colegio al instituto coge a los alumnos en un limbo generacional. A los 12 años ya no son niños, tampoco adultos, y ni siquiera se les considera adolescentes (sí pre-adolescentes). A menudo salen de ser tratados entre algodones en la Primaria a enfrentar el Instituto desde una posición de cierta libertad, sin tanto control directo y en un entorno desconocido regido por nuevas dinámicas tanto en lo académico como en lo social. «Es un paso muy importante en la vida de los chavales», asegura el sociólogo experto en educación Rafael Égido, y «crucial en el discurrir de su ritmo académico».
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Jan Ingemansen | Flickr