El investigador Jonas Salk buscaba a mediados del siglo pasado una cura contra la poliomielitis, una enfermedad que provocaba la muerte o parálisis a quien la contraía. En su búsqueda por encontrar un remedio para esta enfermedad, Salk viajó desde Pittsburg (California) a Asís (Italia) para despejar su mente. Durante su estancia en esta localidad y después de disfrutar de unos días de la naturaleza, encontró una solución a su investigación sobre esta afección. Este hecho hizo que Salk estableciera una relación en cómo el entorno influye en las neuronas de las personas. Con esta idea, impulsó el diálogo entre arquitectos y estudiosos del cerebro para evaluar su experiencia y se asoció con Louis Kahn para construir el Instituto Salk, situado en San Diego, California, y que está considerado el primer referente de la neuroarquitectura.
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