María Vicenta y Julia nunca imaginaron que convertirse en abuelas les haría pasar por el peor momento de sus vidas. Hace más de dos meses que no pueden ver a su nieta, un bebé de cinco meses y que además sufrió una importante operación cuando tan solo tenía tres. Nació prematura, con 1.700 gramos, sin vesícula ni conductos biliares y con el hígado mal. Cuando iba a recibir el alta en el Hospital La Fe de Valencia un asistente social de la Generalitat valenciana se llevó el bebé alegando que la madre, con un problema de alcoholismo, no podía cuidarla. A la abuela materna, María Vicenta, que estaba con ella en el hospital, tampoco le confiaron su guarda porque temen que su hija le acabe quitando a la niña.
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