Llegan a casa las notas de junio, y con ellas a veces, los temidos suspensos, y los reproches en todas las direcciones. «Al niño le han caído cuatro». «Es un descerebrado, ¿cuándo madurará?». «Todo el día trabajando para que tengan de todo, para que no les falte de nada, y hay que ver cómo nos lo paga fulanito». «La culpa es tuya». «Este no me vuelve a tomar el pelo, ni se ríe más de mi»… Que un estudiante no consiga los objetivos marcados puede poner a prueba a toda la familia.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: StephhxBby | Flickr