Primero fueron las comuniones. Ahora, una nueva entrada en el blog personal del Juez de Menores Emilio Calatayud ha vuelto a poner en el foco del debate otra de las costumbres más arraigadas en la España contemporánea: «se nos está yendo la olla con… las graduaciones», escribe. Los cierres de ciclo se celebran en todas las culturas cuando se da un momento de maduración personal especialmente significado. La novedad, quizá, es que la ceremonia de graduación universitaria se ha ido extendiendo a niveles educativos inferiores. Y es aquí donde sociólogos, psicólogos y el propio Calatayud identifican un motivo de inquietud. «Bebés con birretes y, después, fiesta al canto», ironizaba el juez. ¿Es una exageración?
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