Sin la lactancia materna, el ser humano no existiría. Es preciso comenzar con esta obviedad para comprender que la lactancia materna es algo tan normal como caminar y que, por tanto, no necesitamos pruebas que justifiquen sus beneficios antes de promoverla o, sobre todo, de protegerla de peligrosas injerencias. Al contrario, es necesario que los vendedores de sustitutos de la leche materna (o, en su caso, del acto de caminar) aporten sólidas pruebas de su seguridad, sobre todo si tenemos en cuenta que, hoy por hoy, la norma es no amamantar. También el sedentarismo es la norma, lamentablemente.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Mothering Touch | Flickr