Juan Pedro tiene tres años y otra vez está hospitalizado. Un trastorno biliar lo llevó al quirófano a los dos meses de nacido y lo mantiene por largos periodos bajo supervisión médica. Esta vez ha viajado de su natal Vitoria a Madrid y está internado en el Hospital 12 de Octubre, planta 7B, cuarto Conejo. Sí: cuarto Conejo. Aquí las habitaciones no tienen números, sino animales o duendes que están pintados en las paredes para que los niños se sientan en un entorno menos frío que el típico cuarto frío de hospital. En los últimos diez años, cada vez más unidades infantiles han adaptado su infraestructura con murales, espacios de juego o actividades recreativas, ya que se ha demostrado, asegura el jefe de pediatría del 12 de Octubre, Jesús Ruiz, que la humanización de los espacios médicos mejora la recuperación de los pacientes.
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