Multiproblemático, dañado, incomprendido, estigmatizado o avergonzado son adjetivos que no deberían estar ligados a la infancia. Pero lo están en muchos más casos de los que la sociedad es capaz de asimilar. La realidad de los menores que, por razones diversas, acaban bajo tutela pública aún se mantiene bajo un velo. La premisa de resguardar su intimidad ha convertido en un muro tras el que se esconde miles de casos con sus centenares de aristas que sólo se iluminan bajo el foco del escándalo. Cuando desaparecen los titulares, vuelven a ser invisibles. Porque así se sienten y se describen.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo