Tras meses de debate y con una epidemia de sarampión en curso, el Gobierno italiano ha tomado cartas en el asunto y ha aprobado una ley que obliga a los padres a vacunar a sus hijos y que, además, contempla sanciones para aquellos que no cumplan con el calendario establecido.
El Ejecutivo dirigido por Paolo Gentiloni pretende con este decreto, que entrará en vigor en septiembre, frenar una posible emergencia sanitaria como la que ha suscitado la actual epidemia de sarampión: los casos en 2017 ya ascienden a 2.395, de los cuales el 90% no estaban vacunados, mientras que en todo 2016 fueron 844, según cifras del Instituto Superior de Sanidad.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo