Esa foto del niño que los progenitores se empeñan en enseñar a la familia que va a casa de visita y que siempre saca una sonrisa a los adultos mientras el chico no sabe dónde meterse. Esa anécdota de los hijos que los padres cuentan hasta la saciedad a sus amigos, mientras los críos sólo piensan: «tierra, trágame». Son situaciones por las que pasan todos los menores en algún momento de su infancia. El problema es que lo que antes quedaba en el ámbito privado y en un rato de sonrojo, ahora, con las redes sociales, es público y constante. Los padres comparten en internet la vida de sus hijos, incluso antes de que nazcan, sin pensar en las consecuencias.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Evilspoon7 | Flickr