Hace un par de semanas salgo a la calle y me abalanzo sobre la única mesa que quedaba libre en la soleada Plaza de Olavide un domingo por la tarde. Abro el especial Mujeres de EL PAÍS SEMANAL mientras pido algo de beber y me sumerjo en la lectura. No tarda en insinuarse la frase que hizo que dejara el suplemento sobre la mesa y sacara bolígrafo y libreta: “No se puede redefinir el papel de la mujer sin redefinir el del hombre”.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País