Lea Veléz proviene de una familia muy singular. En ella la inteligencia superior es lo normal. Su hermano mayor pertenece a Mensa, la Asociación de Personas de Alto Cociente Intelectual y ella misma tiene una inteligencia de más de 150 puntos. Por eso no es de extrañar que sus hijos tengan altas capacidades. Pero esto, lejos de proporcionarle siempre satisfacciones, también le ha traído lágrimas. Porque en la vida de Vélez ha habido muchos momentos amargos: Se quedo viuda muy joven. El cáncer, ese enemigo silencioso, se llevó a su marido y se quedó sola, criando a dos niños fuera de serie. Pero no se amedrentó. Lea luchó por lo suyo, por los suyos como una leona y para poder contar su experiencia y su catarsis, escribió un libro, —Nuestra casa en el árbol (Destino, 2017)—, una novela semi autobiográfica en el que de una manera sentimental, agridulce y romántica, narra la evolución de una familia en la que los tres pequeños también son muy inteligentes.
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