Si ya la tarea de educar a un hijo es de por sí complicada, con la llegada a nuestra legislación del delito de malos tratos del artículo 153.2 Código Penal (CP) se antoja aún más difícil, porque cada día son más comunes las denuncias de los hijos hacia sus padres por una bofetada, gritos, un empujón y, la más reciente: un forcejeo por seguir usando el móvil. ¿Dónde está el límite entre corregir una conducta o cometer un delito?
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País