Conozco a Julia de toda la vida. He jugado con sus dos hijos desde que tengo uso de razón. Sé que les quiere. Pero aquella tarde supe, además, que habría prescindido de tenerlos de haber sido joven en el siglo XXI y no en los primeros 80. Es psicóloga, divorciada, tiene 60 años y canta en un grupo. De pronto, su aseveración me cuadraba. «Es que si tuviera tu edad hoy, no se me ocurriría. ¿Sabes lo que nos hemos perdido por vosotros?». Está bien, Julia, a ti te lo compro.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo