El vínculo de los niños (y de los adultos) con la naturaleza, tan antiguo como la existencia del ser humano, lleva largo tiempo desgastado. La hiperconectividad, el tiempo que pasamos frente a una pantalla, la población cada vez más urbanita y una educación ambiental distanciada de su objeto de estudio, son algunas de las causas que han originado el llamado déficit por naturaleza, un concepto acuñado por el periodista estadounidense Richard Louv que habla de afecciones físicas y emocionales causadas por la carencia de interacción con fauna y flora. También de la desaparición de los beneficios que esa conexión conlleva.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País