A primera vista, este profesor de Primaria da sensación de afable y tranquilo. Seguramente hay que serlo para controlar una clase con 25 «fieras» de 4 años. Y es que hay que tener mucha vocación para ser un maestro como él mismo se define. Y no solo se define, también explica su manera de ver la profesión en su libro «Ser maestro» (Plataforma Editorial 2017). Para Raúl Bermejo tener una clase a su cargo supone mucho: «Para mí, mi trabajo lo es todo. Un maestro tiene que educar, enseñar y aprender, que también es algo que se nos olvida. Vivimos en una sociedad en la que por desgracia la conciliación en muchos casos es imposible, y como los niños pasan tantísimo tiempo en un centro educativo, al final, también tenemos que educar los maestros».
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