A veces no se les tiene demasiado en cuenta porque se piensa que aún son muy niños para según qué cosas. Sin embargo suelen ser, por no decir que son, la clave y la pieza fundamental de todas las familias. Se dice que para que un niño crezca con seguridad y autonomía debe ir poco a poco, según su edad y madurez, tomando sus propias decisiones y adquiriendo a medida que cumple años pequeñas responsabilidades. Pero, ¿qué pasa con los asuntos familiares? ¿Es bueno para los pequeños y para las relaciones familiares en general, que los niños, por muy niños que aún sean, opinen y participen en las cosas de la casa y de la familia? ¿Están en su derecho? ¿Conviene que lo hagan?
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo