El tiburón con dientes muy afilados, el árbol con muchas ramas o la casa sin puertas que dibuja tu hijo están diciendo muchas más cosas de él de lo que pueda parecer a simple vista. También la expresión con la que ejerce el trazo, el color elegido o el espacio que está usando dentro del folio. «Los dibujos siempre cuentan algo de quien los realiza, algo que se guarda pero desea desvelar. Por tanto son esenciales para saber cómo se siente por dentro o qué piensa realmente respecto a él mismo, a los demás, a su familia o a su entorno». Así lo afirma el profesor y escritor Fernando Alberca en su último libro, «Aprender a interpretar a un niño».
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC