A los niños los vamos vacunando desde pequeños para que se acostumbren a los virus en pequeñas dosis, porque les va la vida o las fiebres en ello. Con las artes deberíamos hacer lo mismo, no para que se inmunicen, claro, sino para que lo vean como algo normal y deseable en su vida cotidiana.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País