Las inscripciones de los hijos con el apellido de la madre en primer lugar se han doblado en los últimos siete años, según datos del Ministerio de Justicia. En 2016 hubo 2.953, la cifra más alta de la que se tienen datos, mientras que en 2010 fueron 1.547. Daniel Morcillo Álvarez y su compañera son un ejemplo de la modificación del orden tradicional de los apellidos, aunque en su caso fueron un paso más allá. La pareja decidió dar a su descendencia en primer lugar los apellidos de las dos abuelas. «Las madres son las que más nos sufren y nos aguantan y queríamos homenajearlas», cuenta este padre. Para que esto fuera posible, los progenitores tuvieron que cambiarse el orden de los apellidos antes de que naciera su primer hijo.
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