Hay dos señales de que el debate sobre la gestación subrogada se sale de lo común.
La primera es que los políticos han llegado a sacrificar la disciplina de voto. Ocurrió el año pasado en la Asamblea de Madrid, donde tres diputados del Partido Popular votaron en contra o se ausentaron en la votación de una iniciativa que promovía la regulación de la gestación subrogada. Ante la decisión de estos diputados díscolos, Cristina Cifuentes reconoció que le parecía «sorprendente» que el voto de esos diputados coincidiera con el de los diputados de Podemos, que también se habían declarado en contra.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Verne