Pañales que alertan de riesgo de deshidratación o de infecciones de orina, ropa interior que mide la temperatura, los patrones de sueño o la frecuencia cardíaca, biberones que monitorizan cuánto y a qué velocidad se traga, sillitas con alertas antirrobo y antiolvido, carritos que se conducen desde el móvil, chupetes termómetro, mecedoras programables, orinales conectados a una tableta, traductores de llanto… El universo de dispositivos y productos “inteligentes” para bebés y familias no para de crecer y de diversificarse.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia