«Si me plantearan de nuevo la amniocentesis, no me la volvería a hacer». Paloma, nombre ficticio, se realizó la prueba médica cuando tenía 36 años y estaba embarazada de su segunda y última hija. Reconoce que los profesionales que la atendieron en aquel momento no le expusieron con claridad los riesgos del procedimiento: «Pensé que era una prueba más. Sí, te explican que te van a realizar una punción y que necesitarás reposo, pero no creí en ningún momento que fuera peligrosa para el bebé», afirma.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Daniel Lobo