Una pequeña empresa familiar, que ha pasado de generación en generación a lo largo del último siglo. Un negocio artesanal, mimado al milímetro y con éxito internacional. A la firma alicantina Volum le cayó este miércoles encima la ira de los trolls más retrógrados de Internet, pero ellos siguen firmes: «Nos dicen que nos limitemos a vender bolsos, pero ¿por qué no vamos a utilizar nuestra influencia para denunciar problemas que afectan a la sociedad?».Hablar de género, más en la Red, tiene siempre sus peligros, pero a algunos la adversidad les hace más fuertes. Desde diciembre, Volum firma en las redes sociales la campaña #SomosIgualesCobramosIgual, una simulación agresiva que busca dar una bofetada de realidad a los internautas.
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