Los defensores de la institución familiar lo tienen claro. «Ya no hay excusas». Tras el parón político del pasado año por la falta de Gobierno, se presenta un 2017 cargado de posibilidades para llegar a acuerdos en los que los responsables políticos, sociales y económicos doten a la familia del verdadero valor que tiene.
En esta línea, desde algunas instituciones apuntan que todavía no se ha comprendido que apoyar a la familia es una inversión social, «no un gasto», y precisamente por ello, se debe convertir a esta institución en una prioridad política eliminando la visión cortoplacista de los gobernantes.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Alfa y Omega