Los seres humanos solemos preferir como parejas a personas que se nos parezcan genéticamente, según una investigación que ha analizado datos del ADN de 24.662 familias.
Esta afinidad genética es especialmente marcada para las secuencias de ADN que influyen en la altura de las personas –por ejemplo, las que regulan la hormona del crecimiento–. Pero también se ha observado en regiones del genoma relacionadas con el metabolismo e incluso con el rendimiento académico.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Harsha K R