Sofía y Alejandro tienen 16 años; María es más joven, tiene 14. Como el resto de alumnos del Colegio Esclavas de Chamberí, como cualquier chaval de su edad, intentan sacar las mejores notas y divertirse con sus amigos en los descansos. Pero además, tienen una misión extra que no es tan habitual: ayudar a combatir el acoso escolar. Se podría decir que funcionan como una especie de patrulla anti bullying dentro del propio alumnado. Son alumnos ayudantes. «Nuestra misión es evitar o disminuir en su mayor medida el acoso escolar», explica Sofía. La labor de estos adolescentes es ejercer de mediadores en clase, detectando los posibles conflictos e interviniendo de cara a sus compañeros.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo