El cerebro de las mujeres embarazadas cambia, literalmente. Un estudio muestra por primera vez que la materia gris de las gestantes se reduce en áreas relacionadas con la empatía. Esta poda en las conexiones neuronales de la madre optimizaría determinadas funciones, como interpretar los estados mentales del hijo o anticipar posibles amenazas del entorno. Los cambios, no percibidos en los padres, se mantienen dos años después del parto.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Jerry Lai