La sensación de novedad que produce cualquier estímulo tiende a desaparecer después de 10 minutos. Con esa idea en la cabeza, Jon Bergmann (Chicago, 1964), reconocido en 2002 por la Casa Blanca como el mejor profesor de Estados Unidos de matemáticas y ciencias, rompió con la metodología de enseñanza tradicional. Dejó de basar sus clases en un discurso para no aburrir a sus alumnos y puso en marcha el llamado Flipped Classroom (en español, clase invertida). A partir de 2007, los estudiantes de química del instituto Woodland Park de Colorado empezaron a consumir la teoría en casa -con vídeos cortos hechos por el propio Bergmann- y a dedicar el tiempo de la clase a resolver dudas, investigar o trabajar por proyectos.
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