Funcionó. A excepción de un par de zapatillas para correr, ni Hedlund ni su familia compraron ropa durante un año. Al ejercer la austeridad, se dio cuenta de algo: el sorprendente despilfarro que caracteriza a la industria textil. Hedlund se dio cuenta de que a este problema contribuyen personas como ella, personas que compran demasiada ropa que no necesitan o no quieren de verdad.
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[fa type=»external-link»] Blog Personal «The Clothing Experiment»
[fa type=»file-text»] Fuente: Huffington Post
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Victor Camilo