La pandemia de la COVID-19 ha tenido un severo impacto a nivel mundial y ha afectado prácticamente a todas las esferas de la vida. Atónitos hemos presenciado el desarrollo de una serie de sucesos hasta hace poco inimaginables en la aldea global: el cierre de fronteras, la clausura de los espacios aéreos, la declaración de estados de alarma, restricciones a la movilidad humana, el congelamiento de la economía y el colapso de los sistemas de salud, son sólo algunos ejemplos de las primeras consecuencias provocadas por la crisis sanitaria a las que asistimos impotentes.