El pasado 25 de junio, los diversos Estados miembros de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo para poner en marcha la nueva Política Agrícola Común (PAC) que actuará sobre el sector primario europeo en el periodo comprendido entre 2023 y 2027. La PAC es uno de los mecanismos más antiguos de la Unión, siendo responsable, desde 1962, de subsidiar gran parte de la producción agrícola del continente con el objetivo de garantizar la sostenibilidad económica de un sector absolutamente clave.
Lamentablemente, hasta ahora, el enfoque de esta política, a la que en la actualidad se destina cerca del 30% de todo el presupuesto de la Unión Europea, era meramente económico, centrándose en sostener los ingresos de los productores y en estabilizar los precios agrícolas sin atender a otros elementos estructurales absolutamente fundamentales.