Al hablar de infancia migrante los términos y sus connotaciones a menudo se entremezclan distanciándonos de las personas a las que califican. Cualquier menor de 18 años en este país es considerado primordialmente ante la ley un niño o adolescente. Sin embargo en el plano personal y social, al añadir la categorización de migrante, solicitante de asilo o refugiado, nuestros sesgos cognitivos a menudo anteponen la situación jurídica y de estatus legal de estos niños y jóvenes, dirigiendo nuestra mirada al trayecto que les ha traído hasta aquí y reduciendo la diversidad de experiencias a una suerte de arquetipo de movilidad económicamente precaria, insegura e irregular (Grupo Interdisciplinario de Investigador@s Migrantes, 2010).
Los estudios sobre migraciones consideran de manera genérica “migrante” a cualquier persona que se traslada fuera de su lugar de residencia habitual, de manera que esta categoría paraguas engloba múltiples colectivos y personas: desde trabajadores migrantes o estudiantes internacionales hasta víctimas de tráfico de personas o personas que sufren persecución – por los motivos que sean – en su país de origen (IOM, 2011). Es por ello que dentro del colectivo migrante se diferencian perfiles concretos que siguen vías particulares de regularización una vez en el país de destino, atendiendo a su situación jurídica y su particular vulnerabilidad. Estos dos perfiles son los solicitantes de asilo y los refugiados (IOM, 2011). Por un lado, los solicitantes de asilo son personas que piden protección internacional y cuya solicitud aún no ha sido objeto de una decisión firme. Por otro lado, los refugiados son personas a las que se les ha concedido protección internacional en el país de destino debido a que, por fundados temores de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas no pueden o no se atreven a acogerse a la protección de su país. Estas personas además pueden ver imposibilitado su retorno o no querer regresar debido a esos fundados temores y sus posibles consecuencias. Todas estas circunstancias interaccionan con las demás categorías sociales a las que pertenecen estos niños, por lo que es evidente que tenemos distintos perfiles de niños migrantes en España, así como que sus necesidades y circunstancias tienen que ser abordadas de manera personalizada atendiendo a su derecho de crecer y desarrollarse en bienestar.
Ante este problema, cabe preguntarse qué vías se pueden construir para facilitar su inclusión social y darles los apoyos necesarios. Así, en primer lugar, es necesario reconocer que las necesidades de las personas migrantes cambian en las distintas etapas de su movilidad y adaptar a ello las posibles iniciativas (Bhugra & Gupta, 2010): antes de la migración es necesario favorecer vías regulares de migración y entrada en el país desde la cooperación internacional, durante la propia migración y llegada es necesario que las vías sean seguras y que se proporcione la debida protección a quien la pueda necesitar, una vez asentados los niños, y en cada caso también sus familias, deben poder acceder a servicios que les permitan cubrir sus necesidades básicas tales como la vivienda, educación, atención sanitaria, nutrición, etc. y finalmente, una vez ya se están integrando en la sociedad de destino, deben favorecerse entornos integradores que promocionen el dialogo intercultural, el bienestar, la participación cívica y la inclusión de los niños y adolescentes.
De modo transversal, entidades legislativas y de intervención a nivel nacional e internacional, proponen medidas para la integración en general de los niños y jóvenes migrantes, a las que se añaden medidas específicas para las personas solicitantes de asilo y refugiadas. En este sentido las propuestas generales para niños migrantes y sus familias pasan por trabajar la pertenencia social en la comunidad, por facilitar que los niños se sientan involucrados en su educación y que lleguen a alcanzar los niveles educativos más altos posibles si así lo desean. También pasa por proporcionar apoyo a las familias y progenitores de modo que se alivien las cargas que dificultan la conciliación familiar, y en último lugar pero no menos importante, en invertir en la figura de los mediadores interculturales, ya que son agentes clave que facilitan enormemente la convivencia a través del diálogo intercultural (ESN, 2017). Además, específicamente para los niños solicitantes de asilo y refugiados, distintas organizaciones piden facilitar la protección y apoyo legal y administrativo con protocolos adaptados a los niños, así como flexibilizar su aplicación atendiendo al superior interés del menor. También se reclama un mayor apoyo a los niños no acompañados, resaltando el papel clave de los sistemas de acogida familiar y la necesidad de financiar más programas de transición a la edad adulta (FRA, 2019).
En definitiva, el conocimiento sobre los niños migrantes y refugiados debe ser sensible a las características personales, políticas y culturales que les intersectan. Además, este conocimiento es fundamental para generar vínculos y espacios reales de convivencia en las sociedades de acogida, así como para sentar las bases de futuras intervenciones psicosociales y normativas aplicables en estos casos. De este modo, es imprescindible tener en mente que la resiliencia de los niños y jóvenes migrantes es una capacidad que se va construyendo mediante la colaboración de todos los distintos grupos, iniciativas y recursos que participan en su integración.
REFERENCIAS
Bhugra, D., & Gupta, S. (2010). Migration and mental health. Migration and Mental Health, 9780521190, 1–350. https://doi.org/10.1017/CBO9780511760990
ESN (2017). Effective pathways for the integration of migrant children and young people. https://www.esn-eu.org/news/effective-pathways-integration-migrant-children-and-young-people
FRA (2019). Children in migration. https://fra.europa.eu/sites/default/files/fra_uploads/fra-2020-children-in-migration_en.pdf
Grupo Interdisciplinario de Investigador@s Migrantes. (2010). Familias, jóvenes, niños y niñas migrantes. Rompiendo estereotipos. IEPALA Editorial.
IOM. (2011). Handbook on Migration Terminology. www.iomrussia.ru
Eva Bajo es investigadora en formación del proyecto IMMERSE H2020.