Día a día en el SJM España. Por Bárbara De Francisco.

Ya han pasado siete meses desde que empecé mis prácticas en Servicio Jesuita al Migrante España y aunque parece que fue ayer cuando entraba por primera vez en la oficina técnica en Madrid, sigo agradecida de haber podido dar continuidad a mi máster con esta experiencia de la que sin duda he aprendido y crecido mucho, tanto a nivel profesional como personal.

El trabajo ha supuesto un reto por tratarse de algo nuevo para mí, ya que a pesar de tener experiencia profesional previa nunca había trabajado en el tercer sector. Una vez que empiezas a trabajar en el sector social, te das cuenta del trabajo que hay detrás y de la importancia que tiene trabajar en red.

Durante estos meses he podido conocer la amplia red de entidades que pertenecen al SJM que se extienden por toda España, los proyectos que se estaban ejecutando y cómo se desarrollaban, qué actividades realizaban… al tener que recopilar todo lo requerido para justificar las subvenciones. También he descubierto nuevas iniciativas muy interesantes para lograr la integración de las personas migrantes en nuestra sociedad y he podido seguir actualizada respecto a la situación y realidad migratoria en España.

En este aprendizaje ha sido fundamental el excepcional ambiente de trabajo y la calidad humana y profesional de todos mis compañeros. Los conocimientos sobre las migraciones que he adquirido durante estos meses no se han delimitado a las tareas que he realizado, sino que compartir oficina con profesionales que se dedican desde hace mucho tiempo a las migraciones desde diferentes perspectivas, han enriquecido el día a día y me ha dado una visión más amplia sobre el trabajo que se lleva a cabo desde SJM. Asimismo, el trabajo de incidencia y de sensibilización a través de la publicación de informes que reflejan el trabajo de los compañeros y visibilizan la realidad de la movilidad humana en España, me ha parecido fundamental para completar la visión global de lo que supone trabajar en el ámbito de las migraciones.

Desde el principio me he sentido completamente identificada con los valores del SJM y de lo que eso supone en el proceso migratorio. Trabajar en SJM ha supuesto seguir formándome y aprender de las tareas diarias en una organización,  pero también acercarme más a la realidad migratoria en España. Porque aunque esté en la oficina técnica y a veces me pierda entre las tareas más administrativas, lo que más me gusta es saber que ese trabajo tiene un impacto positivo en lo que de verdad importa: los migrantes y refugiados por los que trabajamos cada día.

 

Bárbara De Francisco es parte del programa de experiencias en el terreno de la Catedra de Refugiados y Migrantes Forzosos del IUEM.

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