El homicidio de George Floyd el 25 de mayo ha puesto sobre la mesa la enorme frustración social y la rabia contenida de la comunidad negra contra lo que consideran una actuación violenta y discriminatoria recurrente por parte de la policía.
La difusión de las imágenes con los tres agentes que inmovilizaban a Floyd en el suelo, mientras se encontraba esposado, boca abajo en el pavimento, presionándolo con sus rodillas. Y la actitud del agente Dereck Chauvin, manteniendo esa presión sobre el cuello, pese a los ruegos y súplicas de Floyd, que gritaba no podía respirar, durante más de ocho minutos. Han constituido la chispa perfecta para este gran estallido social que recorre el país.
En los Estados Unidos el conflicto latente entre la comunidad negra y la policía han sido desde siempre un sustrato sobre el que con facilidad se han venido produciendo estallidos sociales. De tal forma, que no se pueden entender estos conflictos, su alcance y la violencia desarrollada si no es asumiendo, el intenso resentimiento de una parte de la población hacía la policía. Además, normalmente el uso desproporcionado de la fuerza para la pacificación por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado se vuelve también un elemento clave para el desarrollo y extensión del conflicto en todos los casos.
El estudio de estos estallidos sociales revela que una de las preocupaciones primordiales de los negros en las ciudades son los abusos y la mala conducta policial, cuestión que se vuelve una de las principales causas de los disturbio en la historia del país.
El caso de los Ángeles (1992), calificado por algunos como los peores disturbios raciales en la historia de EE. UU. También tuvo como detonante la paliza que sufrió Rodney King, taxista afroamericano, en marzo de 1991, y la condena exculpatoria a los policías en abril de 1992. Este hecho -igual que ahora- supuso brotar el enorme resentimiento contenido de la comunidad negra contra lo que consideraban una actuación injusta de la policía y el sistema judicial. La violencia había aflorado tras la leve condena.
Un análisis histórico de las causas estructurales no resueltas en los conflictos de EE.UU muestran que también existen toda una serie de causas estructurales que tienen que ver con la segregación en el empleo, la educación y la vivienda de la comunidad negra, y que han supuesto relegar de la prosperidad económica del país a una parte importante de esta población.
En este sentido, los EE.UU contienen fundamentalmente dos sociedades, una negra y otra blanca, separadas y desiguales, donde la discriminación y la segregación son efectos que han estado presentes en la forma de vida en América, y que han venido amenazando de forma histórica la estabilidad y el futuro del país.
Urge revertir estas causas estructurales que generan violencia. Para afirmar que las cosas han cambiado desde esta gran revuelta de Minnesota.
Sergio Barciela es Doctor en Migraciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo e investigador del IUEM en la Universidad Pontificia Comillas, ha escrito de forma reciente una obra que ahonda en la comprensión de estos episodios violento. BARCIELA. S (2019): Arde la ciudad. Conflicto en Barrios. Madrid: Universidad Pontifica de Comillas.