¡Hola de nuevo! Han pasado casi cuatro meses desde que llegué a Johannesburgo, a desarrollar mis prácticas con SJR Sudáfrica con las becas de Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos. Al fin puedo decir que me encuentro totalmente instalada y adaptada a la ciudad y al trabajo.
Desde la última vez que escribí en el blog, han pasado muchas cosas y he vivido varios cambios a nivel personal y profesional. Para empezar, ya no dedico el 100% de mi jornada laboral al departamento de proyectos de la Oficina Regional, que coordina las oficinas-país de Sudáfrica, Malawi, Zimbabue y Angola. Hace dos meses que me incorporé además al equipo de Sudáfrica, en el que trabajo en el departamento de Monitoreo y Evaluación dos días a la semana. Aquí, principalmente doy seguimiento al proyecto de medios de vida para mujeres, cuyo objetivo es aumentar las oportunidades de subsistencia de las mujeres refugiadas en Sudáfrica a través de la capacitación profesional y el apoyo psicológico. Para ello, hacemos visitas regulares a sus hogares o lugares de trabajo, charlamos con ellas y recolectamos información que nos permite medir el impacto del proyecto. Otras tareas que realizo junto al equipo son el desarrollo e implementación de planes de Monitoreo y Evaluación, el diseño y ejecución de cuestionarios de monitoreo posteriores a la implementación de los proyectos, y también el análisis de dichos cuestionarios con la posterior redacción de informes y propuestas. Haberme incorporado a este departamento me está permitiendo no solo aprender de otro ámbito y enriquecer mi experiencia profesional, sino también entrar en contacto con las personas beneficiarias de los proyectos, lo cual disfruto más que el trabajo más burocrático y “de oficina” que llevo a cabo en la Oficina Regional.
En mayo tuve la oportunidad de viajar a Zimbabue con parte del equipo de programas y de financiación de la Oficina Regional, ya que el SJR va a implementar un nuevo proyecto en el Campamento de Refugiados de Tongogara (Zimbabue). Se trata de un proyecto de educación que incorpora el aprendizaje emocional y social. Este nuevo enfoque ayuda a los menores a adquirir competencias básicas para manejar emociones y mantener relaciones positivas con los demás, al igual que proporciona estrategias de adaptación dentro y fuera del aula. Es especialmente adecuado para abordar los efectos psicológicos y emocionales que pueden tener los menores en situación de refugio.
Ha sido mi primera vez en un campamento de refugiados y he tenido una mezcla de sentimientos, ya que por un lado es satisfactorio ver como funcionan todos los proyectos que están implementando SJR y otras ONGs, pero por otro lado ver la realidad de vivir en una situación así es devastador. Es un campamento grande y alberga a más de 12000 personas, de las cuales, la gran mayoría (72%) han huido de los conflictos en República Democrática del Congo. Más o menos la mitad de la población es menor de 17 años, pero no hay recursos suficientes para que todos ellos asistan al único colegio de primaria y secundaria que hay en el campamento. Además, muchos de estos menores solo conocen esa realidad, pues han pasado toda o casi toda su vida en esta situación. Una de las cosas que me llamó la atención fue la gran cantidad de gallinas, vacas, cerdos y cabras que se ven correteando por el campamento y es que al serles negado el derecho a trabajar fuera del campamento, y sin una fuente alternativa de ingresos, muchas familias crían estos animales para su consumo y pequeño comercio dentro del campamento.
¡Pero no todo ha sido trabajo estos meses! También he sacado tiempo para explorar este maravilloso país. En el puente de Semana Santa, viajé a la provincia de Mpumalanga, donde se encuentra el Parque Nacional del Kruger. Y es que Sudáfrica es el país que alberga la mayor variedad de especies del continente africano, debido en parte a su labor de protección animal. Pude ver cuatro de los llamados “Big Five” (leones, leopardos, rinocerontes, elefantes y búfalos) y además otros animales que nunca antes había visto en directo como perros salvajes, kundús o hienas. ¡Es una pasada ver a todos estos animales salvajes en su hábitat!
También he disfrutado de la “Ruta Panorama” en la que se encuentra la Reserva Natural del Cañón del Rio Blyde entre otras vistas panorámicas de cascadas y paisajes increíbles.
En cuanto a la política sudafricana, este último mes ha sido un mes ajetreado. Además de celebrarse los 25 años de la caída del Apartheid, el pasado 8 de mayo, casi 27 millones de sudafricanos eran llamados a las urnas, pues se celebraban las sextas elecciones generales del país tras la llegada de la democracia. Desde entonces, siempre ha ganado el CNA, partido fundado por Nelson Mandela y esta vez no fue diferente, aunque ese partido que nació como una lucha por la libertad y los derechos humanos, actualmente ha perdido mucho apoyo, sobre todo entre los jóvenes, debido a los numerosos casos de corrupción y la desilusión general por la mala situación económica del país.
Me despido con una frase de Nelson Mandela: “La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es acto de caridad, es un acto de justicia”.
¡Hasta el próximo blog!