Valeria Méndez de Vigo y Carla Sala, han publicado un artículo en elblog deCristianisme i justíciasobre la situación de los niños y niñas refugiados que no tienen una escuela a la cual asistir, reproducimos a continuación el inicio, y te animamos a leer laentrada completa:
El creciente clima de hostilidad a la entrada de personas refugiadas en territorio europeo ha derivado, en gran medida, de las políticas migratorias cada vez más restrictivas hacia aquellos que buscan refugio seguro. Estas políticas restrictivas tienen su reflejo en los recientes discursos adoptados en el seno de los Estados miembros de la Unión Europea. Sin embargo, las personas refugiadas siguen huyendo de sus países de origen. Según ACNUR, 65,3 millones de personas se han visto forzadas a abandonar su lugar y 21,3 millones son refugiadas[1].
Valeria Méndez de Vigo y Carla Sala de Fundación Entreculturas analizan en su artículo «Las personas refugiadas siguen a la espera de que lo acordado en la Cumbre Humanitaria del año pasado se cumpla» la hostilidad hacia los refugiados y la importancia de la educación en situaciones de conflicto. En este se detalla la situación de las personas refugiadas que siguen a la espera de que lo acordado en la Cumbre Humanitaria del año pasado se cumpla.
Comentan que los días 23 y 24 de mayo se cumplió justo un año de la primera Cumbre Mundial Humanitaria, celebrada en Turquía, en la que representantes de los Estados, organizaciones no gubernamentales, sociedad civil, comunidades, sector privado y organizaciones internacionales se reunieron para reducir las necesidades humanitarias y el sufrimiento en todo el mundo.
Valeria Méndez de Vigo y Carla Sala, han publicado un artículo en el blog de Cristianisme i justíciasobre la situación de los niños y niñas refugiados que no tienen una escuela a la cual asistir, reproducimos a continuación el inicio, y te animamos a leer laentrada completa:
Los conflictos bélicos, la violencia generalizada, el cambio climático, la pobreza extrema o las violaciones de derechos humanos son algunos de los motivos que siguen provocando el desplazamiento forzado de miles de familias dentro y fuera de sus países impidiendo, en muchos casos, la educación de niños y niñas.