Despidiendo Colombia (hasta pronto). Por Carolina Gumiel

¡Hola a todos/as!

Recuerdo que mientras escribía los dos anteriores posts que hice en el blog, siempre evitaba pensar que algún día sería el momento de escribir el último. Me daba tristeza pensar en el momento en el que estar en Colombia llegase a su fin. Hoy me encuentro a un mes de volver a España y finalizar mi experiencia aquí, y por supuesto que ese sentimiento me va a acompañar estas últimas semanas, pero sobre todo me siento plena, feliz y orgullosa de todo lo que me llevo de vuelta, ¡y eso define perfectamente el tiempo aquí!

En el último post hablábamos de la indudable necesidad del JRS/COL a la adaptabilidad y flexibilidad ante los cambios constantes en el contexto, para una buena continuidad de su acompañamiento a la población migrante y a las comunidades receptoras dentro del país. Pocas semanas después de compartir mi reflexión, llegaba a nuestra oficina la noticia de la suspensión temporal de fondos provenientes de agencias estadounidenses.

 

Para la organización, esta medida tuvo un impacto gigante, al igual que para muchas otras organizaciones en Colombia y en el mundo. En nuestro caso, supuso la finalización de más de cien contratos, el cierre de seis oficinas (territoriales y satelitales) y el cese de acompañamiento para más de nueve mil personas. Las semanas después fueron muy duras emocionalmente. A nivel laboral, hubo muchos cambios y una necesidad de reorganización institucional drástica. Personalmente fue un reto adaptarme y sobrellevar la crisis, ya que todo era muy nuevo para mí. Al ser una crisis del sector a nivel global, en muchos momentos se sintió muy desalentador. Sin embargo, creo que la necesidad de adaptación se contagia, y así fue como ocurrió. Poder ver en primera persona las reacciones de todos mis compañeros y compañeras de la organización y sus ganas y motivación de salir adelante, fue clave para poder seguir apoyando y ayudando desde mi rol al máximo posible. Y aunque fue muy duro tener que despedirnos de muchas de las dinámicas que ya existían, y de algunas de las personas con las que compartíamos el día a día, se pudo sentir el compañerismo y el amor por parte de todas las personas que han formado parte del JRS/COL. A pesar de ello, no quiero caer en la romantización de la situación. Preocupa mucho la dependencia de unos países ante otros, y me ha hecho pensar mucho sobre el funcionamiento actual del sistema de cooperación internacional. De la necesidad de tener una visión crítica y de replantear nuevos modelos de financiación que permitan la supervivencia de las organizaciones por sí solas. Considero que es un proceso lento, pero se necesita una construcción conjunta de bases justas de la cooperación, de la mano de políticas internacionales que salvaguarden esta idea. Cada vez más, estas crisis nos demuestran que existen fallos que necesitan del esfuerzo de todos y todas para hacer de este sector un lugar más estable y sostenible. La adaptabilidad al contexto exige que de las crisis surjan nuevas ideas y estrategias. Tras estos meses de mucho trabajo y reajustes, ahora veo cómo la organización resurge día a día. Todo el mundo se esfuerza en solventar las problemáticas que van surgiendo, así como en estar preparados para los cambios y para el futuro. La importancia de tener un plan B. Para mí, ese es uno de los mayores aprendizajes que me llevo, en mi vida profesional y personal también.

Y hablando de planes B, ¡que miedo el futuro! En lo personal, ahora llega de nuevo un momento de cambios. Dejar mi vida en Colombia ahora se ha vuelto un reto – como en su día fue dejar mi vida en España -. Pero estoy aprendiendo que esto es parte de mi trabajo y ¡también es parte de mí! Esta experiencia me ha ayudado a definir lo que me gusta y a lo que me quiero dedicar. Y sin duda sé que saltar de parte en parte del mundo no es algo que vaya a terminar aquí.

 

Quiero despedirme de nuevo dando las gracias. En primer lugar, muchas gracias al equipo de la Cátedra de Refugiados y Migrantes forzosos por confiar en mi y estar tan atentas siempre, y a la Fundación Entreculturas por esta gran oportunidad. Por supuesto a todo el equipo del JRS/COL, porque me llevo infinitos aprendizajes profesionales, pero sobre todo me llevo muchas personas que sé que van a estar en mi vida, aunque haya que aprender a estar a 8.000 km. Y, por último, a Colombia, que país tan diverso, interesante, precioso, lleno de personas buenas y de lugares especiales, con una historia y un contexto cambiante y complejo, pero con mucho que enseñarnos. ¡Estoy segura que es un hasta luego!

Gracias también a las personas que estáis leyendo esto, y por favor ¡Venid a comer empanadas a Colombia ya!

Carolina Gumiel es contrato en prácticas  en terreno 2024-2025 de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos de la Universidad Pontificia Comillas

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